Cómo hacer un Servicio mínimo viable (sin palmar pasta)

Ya tienes página web. Nombre, imagen y te has dado de alta como empresa.

Te has currado un servicio completísimo que, según tu parecer, va a triunfar.

Has hecho inversión en textos, publicidad en Facebook y hasta vas a dar una charla la semana que viene sobre tu fantástica idea.

Te pregunto: ¿y si resulta que nadie necesita eso que ofreces?

 

Te hablaba en otro post sobre que poder ser que tú veas que alguien tiene un problema… pero esa persona no necesariamente tiene que percibirlo como problema. Al menos, no uno tan grave como para que tenga que invertir en resolverlo.

 

Hace 20 años, o 15, las cosas funcionaban de forma distinta: tú montabas un negocio, ofrecías un servicio y la gente lo compraba.

Así de “simple”.

 

Con todas las dificultades propias de montar un negocio, sí, pero si trabajabas y ofrecías algo de calidad, ibas a sobrevivir. Había demanda suficiente.

 

Antes, si no te iba bien, podía ser por uno (o varios) de los siguientes motivos:

No has sabido gestionar bien el tema financiero

No estabas ofreciendo un servicio de calidad

Nadie sabía que existías

Te quedaste dormido en los laureles y la competencia tu superó en precio, calidad o rapidez

No has sabido rodearte de profesionales competentes

Rompiste alguna ley que no debías

… entre otros…

 

Hoy, las cosas ya no funcionan así. Hay de todo para todos.

Obviamente, hay que seguir haciendo cosas de calidad, con colaboradores competentes, gestionar bien los números y, a ser posible, procurar no romper leyes.

 

Pero, además, hay que…

Diferenciarse de lo que ya hay en el mercado

Ofrecer un Servicio que tus clientes SÍ necesitan, y no algo que tú te inventes

Hacérselo llegar de una forma que cumpla con sus expectativas

Que lo que hagas está alineado con tus valores, tus habilidades y fortalezas y tu forma de ver las cosas para que brilles (y no te canses)

 

¿Te suena muy idílico e imposible? No te voy a decir que sea fácil, pero con empeño y trabajo es posible conseguirlo.

Mi recomendación: que primero crees un Servicio Mínimo viable, para evaluar ese servicio que quieres ofrecer.

Es más conocido el concepto de “Producto Mínimo viable” (MVP o Minimal Viable Product), pero en mi mundo, los profesionales del Diseño de Servicios ya estamos usándolo

 

Un Servicio Mínimo Viable es ese servicio que quieres vender… pero en su mínima expresión. Que tenga lo justo y necesario para que, simplemente, funcione.

 

Su objetivo es simple: sacarlo rápido con los mínimos recursos para analizar si realmente la gente está dispuesta a pagar por él.

Además, se analiza TODO el feedback que nos dan los usuarios, se mejora para cuando ya se saque “en serio”

La ventaja de todo esto es que se consigue muchísima información para lanzar un Servicio que realmente tenga valor para tus clientes potenciales… y, todo ello, gastando lo mínimo en cuanto a tiempo e inversión económica.

 

Y no te lo cuento desde un punto de vista teórico. Yo misma hice mi Servicio Mínimo viable cuando empecé con mi negocio y, aunque fue una época de mucho trabajo, conseguí optimizar muchísimo lo que quería ofrecer y en poco tiempo.

Así que, como sé que funciona tan bien, te cuento a continuación cómo puedes montarte tu un Servicio Mínimo viable para que no palmes pasta antes de tiempo.

 

 

Paso 1: Baraja todas las posibilidades

Primero te recomiendo que hagas un brainstorming de ideas con respecto a lo que quieres hacer.

 

Seguramente, en torno al trabajo que realices se te ocurran 1000  ideas sobre cosas que puedes ofrecer, con las que te ves capaz de dar el valor suficiente e incluso superar.

 

Después, lo mismo con eso que has detectado sobre las necesidades y patrones de tus clientes potenciales.

 

Aquí te dejo 5 herramientas para que sepas analizarlos bien.

 

 

Paso 2: Evalúa la viabilidad

Cuando tengas esto último, vuelve a la primera lista y elige las ideas que sean más adecuadas a esas conclusiones que has sacado.

En este post te contaba una fórmula sencilla de evaluar la viabilidad de un Servicio.

En resumen, tendrías que establecer bien al principio los criterios de evaluación, para saber qué idea es mejor que otra. Con qué cosas tiene que cumplir en mayor medida.

Echa un vistazo a este vídeo donde te lo cuento.

 

 

Paso 3: Materializa… lo justo

Una vez decidas la idea, es cuando tienes que concretar los aspectos prácticos. Cómo se va a materializar.

Esto pasa por el formato de va a tener (por ejemplo, online o en un espacio físico), si necesito colaboradores en alguna fase, cuándo quiero empezar a ofrecerlo, qué precio tendrá… las cosas más prácticas.

 

Cuando lo tenemos claro, llega la parte en la que pasamos a la práctica… y aquí está la clave.

Porque se trata de sacar algo rápido, lo mínimo para que la cosa funcione, porque el objetivo es “probar a ver qué pasa”

Esto es lo que se llama “hacer una versión beta” en la que aun estamos evaluando esta viabilidad.

Por supuesto, si estás haciendo una versión beta de tu servicio tus clientes, tienen que saberlo y, generalmente, se hace a un precio menor del que se pretende poner finalmente.

 

Esta materialización mínima la puedes hacer de muchas formas, dependiendo de cuál sea tu idea. Aquí te dejo una lista de opciones.

 

Montarte una pop up store (o tienda efímera) con tu marca en la que ofrezcas el servicio y recojas ya in situ opiniones de la gente

Si tienes un software, puedes sacar una versión beta mientras se acaba de desarrollar y afinar funciones

Si es un programa de acompañamiento, puedes probar los contenidos en esa primera versión minimalista

 

Otra cosa que puedes hacer, es pruebas de necesidades, antes de crear nada, analizar si de verdad a la gente le interesa lo que tienes pensado lanzar. 

¿Cómo hacer esto?

 

  • La forma más inmediata, enviar una encuesta a tu base de datos o a todos los que creas que cumplen con el perfil de tu cliente ideal
  • También, una landing page que explique lo que quieres ofrecer con una caja de suscripción. Si se apunta un número considerable de gente, desarrollar tu nuevo servicio
  • Lo mismo, una landing donde pongas un vídeo explicativo o una presentación del planteamiento y de cómo funcionaría
  • Puedes hacer un Webinar dónde expliques de qué trata y ver cuántas personas interesadas asisten
  • Si es un servicio que se imparte en un lugar físico (una tienda en la calle, o un espacio de eventos, por ejemplo), puede ponerse publicidad para ver cuántas personas interesadas se acercan o piden información
  • … y hasta donde llegue tu imaginación

 

 

“Si no te avergüenza la primera versión de tu Servicio, es que lo has lanzado demasiado tarde”. Reid Hoffman, fundador de Linkedin Compartir en X

 

Paso 4: Testea

Ya tienes tu Servicio Mínimo Viable montado… ¡Estupendo! Pues ahora, toca probarlo.

 

En este punto hay que escoger unos cuantos betatesters para evaluar si la cosa tiene futuro.

Unos… What??

Unos betatesters. Si lo que tienes es una versión “beta” de tu servicio, a la gente que los prueba (los testers) se les llama así, betatesters.

Lo cual queda muy cool, pero, para que nos entendamos, estamos hablando de los conejillos de indias de toda la vida.

Es seleccionar a personas que cumplan con el perfil de esos clientes potenciales a los que les hemos echado el ojo desde el principio.

 

¿Cómo abordar esto?

Hay varias formas

Una de ellas, es ejecutar el servicio de forma gratuita, o a muy bajo precio, a cambio de que nos den su opinión más sincera y de que propongan mejoras.

Otra forma, es que, si fuese algo tipo app, software, o si queremos montar algún tipo de servicio por membresía, podemos ofrecerles que, a cambio de este feedback, en el momento del lanzamiento oficial les hacemos un gran descuento o algunos meses gratis.

 

Como ves, se trata de un intercambio. Su opinión por algo a lo que ellos realmente vayan a sacarle partido.

 

Paso 5: Recoge feedback y establece mejoras

Como habrás apuntado todo lo que te han dicho los betatesters (y cosas que tú habrás visto por ti mismo) ya tienes información con la que poder evaluar ese Servicio mínimo que has puesto en marcha.

Clasifica tooooda esta información, detecta lo que más se repite, tanto positivo como negativo y utiliza lo primero para potenciarlo aun más, y lo segundo para hacer correcciones para la nueva versión.

Ya solo te queda dar el paso

 

¡Consejo final!

Tampoco quedarse atrapado dándole muchas vueltas a las cosas para que sea perfecto. Saca algo más o menos decente y no te atrapes con el perfeccionismo

Hay personas que se pasan la vida en modo “beta”, probando una y otra vez… que nunca está bien.

Es obvio que siempre vas a poder mejorarlo, es más, debes hacerlo. Pero no dejes que esto te bloquee. En la fase de Servicio Mínimo Viable, de testeo, se trata de analizar si realmente las personas a las que nos dirigimos están interesadas y de cómo podemos ayudarles de la mejor manera.

Una vez tengas el OK, desarolla la idea como tenías pensado y sácalo.

No te eternices en esta fase.

 

Venga, ¡quiero escuchar qué opinas de todo esto!

¿Has probado a hacer un Servicio Mínimo Viable? ¿Lo vas a hacer?

¡Cuéntamelo en los comentarios!

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